viernes, 11 de marzo de 2016
"La obediencia de Moises y la terquedad del Faraón"
Exodo: 7:13 (NTV) "Sin embargo, el corazón del faraón siguió endurecido. Continuó negándose a escucharlos, tal como el Señor habia dicho"
El Faraón era un hombre terco, y Dios en Su soberanía, lo sabia muy bien. Supo todo le tiempo que el faraón no escucharía Su orden. Incluso le adelanto a Moisés, que el Faraón no lo iba a escuchar. Pero como Dios siempre extiende misericordia antes de ejecutar juicio, envió a Moisés y Aarón al Faraón para que una vez más le digan que deje ir a Su pueblo.
Moisés y Aarón tuvieron mucha valentía para enfrentar nuevamente al hombre más poderoso sobre la tierra. Pero sus corazones fueron obedientes al Señor. Así que hicieron todo lo que el Señor les dijo y fueron a ver al Faraón otra vez.
Aún después que el Faraón vió que la vara de Aarón se tragó las varas de los mejores magos de Egipto, no admitiría que el poder de Dios era superior. El Faraón permaneció inamovible en su posición y en su necedad y terquedad se rehusó a hacer caso al mandato de Dios. No estaría dispuesto a dar su brazo a torcer.
Mientras más se resistía el Faraón a conocer de Dios y se rehusaba a hacer Su voluntad, más se endurecía su corazón. (Romanos 1:18-21)
Cuando Dios habla, o las personas someten sus corazones y obedecen o se rehúsan a escuchar y endurecen sus corazones.
Moisés y Aarón escucharon a Dios y obedecieron. Aún cuando tuvieron una tarea difícil, obedecieron. Cada vez que obedecían a Dios eran testigos de una gran manifestación del poder de Dios.
De hecho, Dios pudo haber demostrado Su poder sin Moisés y Aarón, pero les mandó participar, y ellos obedecieron.
Por meses, Dios en Su misericordia envió a Moisés y Aarón una y otra vez a advertirle y darle al Faraón la oportunidad de arrepentirse. Pero el Faraón repetidamente eligió resistirse a las instrucciones de Dios. Su terco rechazo de liberar al pueblo de Dios trajo desastre a Egypto.
En los próximos capítulos de Éxodo descubriremos que mientras más tiempo el Faraón se rehusaba a obedecer a Dios, más intenso se volvía el juicio de Dios.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario